Basurales a cielo abierto

La CEAMSE fue creado por el gobierno militar en 1977, por un convenio entre la Municipalidad de Buenos Aires y la provincia de Buenos Aires, con el fin de realizar y fiscalizar la disposición final de los residuos urbanos.
Un año más tarde, cuando comenzaron a funcionar, parecían representar una solución al crecimiento de los basurales a cielo abierto y a la contaminación del aire resultante de la incineración diaria de miles de toneladas de basura.
Para eso se trazó un Cinturón Ecológico en el que se crearon cuatro rellenos sanitarios: Villa Domínico, Norte III, González Catán y Ensenada. Hasta allí llegan 5,4 millones de toneladas de basura por año desde la Capital Federal y 31 municipios del GBA. Algunos ya están saturados.
Pero los basurales a cielo abierto no terminaron. Al contrario: crecieron al profundizarse la crisis económica que llevó a "más cirujeo y al negocio clandestino de la basura como una forma de subsistencia de los sectores con menos recursos", comentaron los funcionarios.
Por eso, tanto el Gobierno de la Ciudad como los municipios y la CEAMSE tratan ahora de ponerle freno al avance de las miles de toneladas de basura en terrenos a veces muy próximos al centro de los distritos y la Capital Federal. Según las estadísticas, el promedio de basura que produce una persona de nivel medio en el país es de un kilo por día, o lo mismo que su peso corporal cada dos meses.
Sin embargo, los intendentes del Gran Buenos Aires y los funcionarios del Gobierno de la Ciudad coincidieron en que "no es el vuelco domiciliario de basura el que hace aumentar el volumen de los basurales a cielo abierto, sino muchas empresas que, para ahorrar costos, en lugar de pagar su vuelco en los cinturones ecológicos lo hacen —por menos plata— a la vera de las rutas o en terrenos abandonados, y después terminan convirtiéndose en grandes basurales".


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